Sexting. Consiste en el intercambio de fotos explicitas o eróticas como una forma de seducción aparentemente sin riesgo alguno, pues no existe contacto físico. Es una práctica común que se mantiene por la curiosidad e ingenuidad de los adolescentes que la perciben como una forma segura de mostrarse ante otros (por la webcam), de excitarse o de vivir sus primeras experiencias sexuales sin el peligro del contacto físico.
Esta práctica puede conllevar conductas graves y peligrosas como el acoso, la pederastia, el chantaje, los insultos y las amenazas, entre otras.
Grooming. Se refiere a un conjunto de estrategias que una persona adulta –hombre o mujer– pone en juego a través del Internet para ganarse la confianza de un menor –sea niño o niña– con el propósito de lograr concesiones de índole sexual. Esta práctica generalmente se lleva a cabo a través del chat, las redes sociales o el correo electrónico; la persona adulta generalmente miente para ganarse la confianza del menor; miente en su identidad y en sus propósitos, de manera hábil obtiene información que usa para aprovecharse de él. Muchas veces se hace uso de la cámara webcam para solicitarle al menor que se muestre o haga algo frente a la cámara.
Usurpar su clave de correo electrónico para leer sus mensajes, violando su intimidad para hacer mal uso de esa información.
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